miércoles, 9 de mayo de 2012

Curiosidades con Gina Venegas


¿Venganza de un árbol?

En 1883, Henry Ziegland rompió relaciones con su novia, quien completamente afligida, terminó suicidándose. El enfurecido hermano de la chica persiguió a Ziegland y le disparó. Creyendo que lo había matado, el hermano se quitó entonces la vida. Pero el caso es que, Ziegland no había muerto. La bala solo le había arañado el rostro, y terminó alojada en un árbol. Escapó por los pelos. Años más tarde Ziegland decidió cortar el mismo árbol, que aún tenía la bala en su interior. El árbol parecía tan formidable que decidió volarlo con dinamita. La explosión extrajo la bala de la corteza, la cual salió disparada en dirección a Ziegland, le alcanzó en la cabeza y le mató.

Juego de Poker

En 1858, Robert Fallon fue asesinado a tiros como acto de venganza por parte de aquellos con los que estaba jugando al poker. Según ellos, Fallon les había ganado 600 dólares haciendo trampas. Con el asiento de Fallon vacío, y sin que ningún otro jugador se atreviese a coger los ahora “gafes” 600 dólares, encontraron a un nuevo jugador que se hiciera cargo del dinero del hombre y siguiera la partida. Para cuando llegó la policía a investigar el asesinato, el nuevo jugador había convertido los 600 dólares de Fallon en 2.200$. La policía le reclamó los 600 dólares originales para hacérselos llegar al heredero legal de Fallon, y en ese momento descubrieron que el nuevo jugador resultó ser ¡el propio hijo de Fallon!, que no había visto a su padre durante los últimos siete años.

Gemelos desconocidos pero con vidas similares

Los hermanos gemelos Jim Lewis y Jim Springer fueron separados al nacer y terminaron en distintos hogares de adopción. Sin saber nada el uno del otro, ambas familias llamaron James a los chicos. Los dos crecieron sin conocerse, pero aún así los dos terminaron siendo agentes del orden público, destacaron por sus habilidades en mecánica y carpintería. Los dos se casaron con mujeres llamadas Linda. Ambos tuvieron hijos, uno llamado James Alan y el otro James Allan. Los hermanos gemelos se divorciaron de sus esposas y se casaron de nuevo con dos mujeres llamadas Betty. Además los dos tenían perro, llamado en ambos casos Toy.

El libro de la infancia

En el año 1920, mientras la novelista norteamericana Anne Parrish recorría las librerías de París, se encontró con un ejemplar de uno de sus libros favoritos de infancia: Jack Frost y otras historias. Tomó el viejo libro de la estantería y se lo enseñó a su marido diciéndole que ese era el libro que con más cariño recordaba de su infancia. Su marido abrió el ejemplar y en la primera hoja descubrió la inscripción: “Anne Parrish, 209 N. Weber Street, Colorado Spring”. ¡Era el mismo libro que perteneció a ANNE.

By: @GINAVENEGAS

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